Hace sólo un par de años que me aficioné al bordado de tapicería, lo probé por primera vez y desde entonces estoy obsesionada. Desde hace más tiempo que hago punto y ganchillo, pero sólo de vez en cuando algún bordado.

Mi punto favorito es el punto bizantino. Me encanta su sencillez a pesar de que crea lo que parece ser un complejo patrón de parqué. Además, aporta una textura y una calidad preciosas a la labor.

Aprendí por mi cuenta a través de libros y tutoriales on line, ¡que fueron geniales para probar nuevas puntadas!

Mi imprescindible número uno es una bolsa de proyectos, donde guardo todo lo que necesito. Es genial para estar en movimiento y hacer manualidades cuando estoy fuera de casa, ya sea en el tren, en una cafetería o en la playa.

Me inspiro mucho en la naturaleza y en lo que me rodea, y creo que eso se refleja mucho en mis diseños. Suelo pasear mucho y sólo con estar al aire libre encuentro infinitas fuentes de inspiración, desde colores y formas hasta estampados y patrones.

Mi obra favorita es el primer tapiz que terminé. No porque sea lo mejor que he hecho nunca, pero recuerdo lo divertido que fue hacerlo y cómo me enganchó.

Bordar me ayuda a bajar el ritmo y a relajarme. Estoy bastante ocupada con un montón de proyectos a la vez, así que es muy agradable acordarse de reservar tiempo para bajar el ritmo y apreciar el tiempo y la paciencia del trabajo con agujas.

Hago un poco de fotografía de película y me gusta hacer muchas fotos de cosas bonitas e inspiradoras que encuentro. Es agradable ver esas imágenes como referencia visual y extraer colores, patrones o formas como punto de partida para empezar desde ahí.